sábado, 20 de febrero de 2016

No somos un país tan desarrollado.

El texto que hemos leído nos muestra pinceladas de una sociedad sana en distintos países, la empatía generalizada en Dinamarca como se puede ver en el ejemplo de las personas que ceden los primeros aparcamientos para que los que lleguen tarde no vayan con más prisas y la responsabilidad de los japoneses a quienes desde pequeños educan a no ver los deberes cotidianos como algo malo ni como un castigo, si no como algo que forma parte de la rutina y que hay que hacer para estar a gusto allá donde estén. Creo que la educación que reciben en estos paises es fundamental y que deberiamos aprender de ellos para mejorar.
Me ha hecho replantearme si las cosas aquí podrían cambiar, si aunque solo tenga 15 años puedo hacer algo para promover ese cambio, para hacer del lugar donde vivo un espacio en el que todos nos sintamos bien, el cual podamos mantener con nuestras propias manos. No he podido evitar pensar que ojalá en nuestra cultura las personas fueran tan empáticas como en Dinamarca o tan disciplinadas como en Japón, pero al fin y al cabo nos educan para mirar hacia nosotros mismos y cuidar nuestro máximo bienestar y comodidad, sin importar lo que pase al rededor, estamos acostumbrados a que lo hagan practicamente todo por nosotros, a no tener obligaciones más que trabajar, estudiar o limpiar nuestra casa para poder vivir en ella, pero de lo que pasa fuera de nuestras puertas casi nadie quiere saber nada, dejamos que nuestras calles, bosques y playas estén sucios, que destrocen nuestro mobiliario urbano y nuestro patrimonio, por ejemplo, las calles están llenas de chicles, las playas invadidas por basura casi infinita, a casi nadie le importa lo que les pase a los animales que allí habitan. Esta sociedad es tan poco empática que mientras una persona puede tener 3 casas a una familia la estén echando de la suya, y que solo unos cuantos traten de ayudarles.
En esta cultura son minorías las que intentan hacer algo por cambiar el rumbo que estamos tomando, por cambiar nuestro mundo y hacer de el un lugar mejor. Pero no podemos hacer nada más que esperar que las personas le pierdan el miedo a unirse a una minoría, que dejen de ir en masas e intenten desarrollar su capacidad de pensamiento propio.
Para esto pocas medidas pueden tomarse, pero por ejemplo, en los colegios deberían hacerse salidas para limpiar la zonas comunes de la ciudad, los padres y centros educativos tienen que enseñar a la generosidad y a la empatía. Debemos hacer que lo normal sea mantener nuestra ciudad limpia y no solo no dañar a nadie, si no tampoco ignorar su sufrimiento.
La causa de que los japoneses sean mucho más civicos que nosostros es simplemente que se les ha educado para no ver sus deberes como un castigo si no como algo cotidiano para estar agusto en su hogar, el cual no solo se extiende a su casa, si no a toda su ciudad, la cual cuidan y tranforman poco a poco en un lugar mejor. Nos nos educan  a cuidar nuestra ciudad ni a no ensuciarla, si ensucias las limpiadoras lo limpian y cuando vuelvas no hay rastro de lo que tiraste, sin embargo, si limpiaramos nuestro propio centro habría más conciencia de lo que podemos llegar a ensuciar, limpiar tu propia basura para poder ver el lugar en el que estás tal y como deseas, esta consciencia colectiva se trasladará en un futuro a mantener tu ciudad con tus propias manos, junto a todos sus ciudadanos.
Aunque sea muy difícil, en un largo periodo de tiempo y con la educacion adecuada podemos llegar a ser un país mejor, pero para ello hay que empezar ya, y perder el miedo a hacer lo que no mucha gente hace, ir a limpiar la ciudad y la naturaleza, ser generoso y agradable con los demás, no pensar en los que te rodean como seres inferiores si no como personas que también tienen sus sentimientos y pensamientos y a las que hay que respetar y cuidar. Porque cuando nuestro hogar es la ciudad, todos sus ciudadanos son nuestra familia.


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